Perder
La reflexión viene de la mano de los silencios prolongados y de la ausencia de llamadas, no tiene ningún mensaje nuevo, exclama esa deprimente voz enlatada de mi contestador. Ni mensajes, ni llamadas, ni cartas, ni siquiera señales de humo o tal vez alguna paloma mensajera, nada, absolutamente nada.
Perder por miedo.
Perder por inseguridad.
Perder por no tener valor.
Perder por no saber ganar.
Perder por no creer.
Perder por no saber ver.
Perder por incredulidad.
Soy un pobre tipo con arena en los bolsillos y piedras en el zapato que haría el camino de Santiago descalzo y cantando solo por tenerte otra vez, porque yo a tu lado brillo, porque soy el tío más feliz del mundo, porque te miro y no me lo creo, porque lo mejor de todo es que tu me mirabas igual.
Y ahora tengo un gran problema, el superarte o el recuperarte. Pero yo no quiero estar sin ti, me niego a archivar nuestra historia.
Porque me haces grande.
Porque me creo capaz de dibujarte corazones y regalarte flores.
Porque a tu lado respiro.
Porque de ti presumo.
Porque cuélgate de mi brazo y déjame pasear contigo.
Porque te apretaré fuerte cuando alguien te mire.
Porque tu sonríes y mis rodillas tiemblan.
Porque he de convencerte que somos tal para cual.
Lo he estropeado, lo sé, se que te hecho daño, se que mis miedos han sido un gran veneno, pero mírame, aquí estoy, en tu calle, apoyado en la farola que te ilumina, mojándome cuando llueve, anclado a este asfalto por si el viento sopla cruel, aquí sigo, en pie, esperando a que una tarde bajes y me digas que me perdonas, aquí seguiré hasta que vuelvan a asfaltar la calle y me retire la grúa municipal.
Dime Si.
Dime que me dejas demostrártelo.
Dime que soy un idiota.
Dime que estás harta de mi.
Pero dime algo, estoy preparado para todo, porque ahora es matar o morir, porque todo o nada, porque yo apuesto mi todo al rojo que es el color que mejor te sienta, porque en el fondo me echas de menos, y si me echas de menos y yo a ti demasiado, tal vez debas darme esa oportunidad.
Si alguna noche de luna grande y luz plateada no consigues dormir, baja y pasea conmigo, cuéntame esas cosas que te ilusionan, comparte tus pesadillas conmigo, prometo escucharte y acompañarte en el trayecto, solo pido que al final del mismo haya un café caliente y un beso que diga no lo vuelvas a hacer.
Perder por miedo.
Perder por inseguridad.
Perder por no tener valor.
Perder por no saber ganar.
Perder por no creer.
Perder por no saber ver.
Perder por incredulidad.
Soy un pobre tipo con arena en los bolsillos y piedras en el zapato que haría el camino de Santiago descalzo y cantando solo por tenerte otra vez, porque yo a tu lado brillo, porque soy el tío más feliz del mundo, porque te miro y no me lo creo, porque lo mejor de todo es que tu me mirabas igual.
Y ahora tengo un gran problema, el superarte o el recuperarte. Pero yo no quiero estar sin ti, me niego a archivar nuestra historia.
Porque me haces grande.
Porque me creo capaz de dibujarte corazones y regalarte flores.
Porque a tu lado respiro.
Porque de ti presumo.
Porque cuélgate de mi brazo y déjame pasear contigo.
Porque te apretaré fuerte cuando alguien te mire.
Porque tu sonríes y mis rodillas tiemblan.
Porque he de convencerte que somos tal para cual.
Lo he estropeado, lo sé, se que te hecho daño, se que mis miedos han sido un gran veneno, pero mírame, aquí estoy, en tu calle, apoyado en la farola que te ilumina, mojándome cuando llueve, anclado a este asfalto por si el viento sopla cruel, aquí sigo, en pie, esperando a que una tarde bajes y me digas que me perdonas, aquí seguiré hasta que vuelvan a asfaltar la calle y me retire la grúa municipal.
Dime Si.
Dime que me dejas demostrártelo.
Dime que soy un idiota.
Dime que estás harta de mi.
Pero dime algo, estoy preparado para todo, porque ahora es matar o morir, porque todo o nada, porque yo apuesto mi todo al rojo que es el color que mejor te sienta, porque en el fondo me echas de menos, y si me echas de menos y yo a ti demasiado, tal vez debas darme esa oportunidad.
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