El plan

Los domingos sirven para plantearse una nueva vida o un cambio de aires, que según se mire puede llegar a ser lo mismo.
Los lunes sirven para empezar a trazar el plan.
Y en el proceso surgen mil dudas, por ejemplo :

• Dónde ir.
• Uno debe fijarse en el clima, o eso da igual?.
• Hacia lo conocido o hacia lo salvaje?.

Lo cierto de todo esto es que es mucho más complejo y caótico de lo que parece, ya no por lo que dejas atrás, si lo dejas es por algo, ya que de ser lo bastante importante, no lo dejarías. Pero empezar de nuevo es difícil, amigos a los que podrás ver menos, calles que te conocen y que tardarás en volver a andar, costumbres viejas que tendrán que volverse nuevas, gente por conocer, hacer de una casa tu hogar, sentirte feliz, sentirte en paz.
Pero hay que hacerlo.

Porque esto ya no da para más.
Porque renovarse o morir.
Porque es ahora o nunca.
Porque en el fondo estás convencida.
Porque te alegrarás de haberlo hecho.
Porque tal vez sea esto lo que hace falta para que todo salga rodado.
Porque es la primera piedra de una nueva vida que sólo tú puedes colocar.
Porque te pasarán mil anécdotas.
Porque sabes manejar un taladro y eso ayuda.
Porque te lo pasarás en grande pensando donde colocar esto y donde poner lo otro.
Porque vas a tener mucho que contar.
Porque llegará lo que está esperándote de una vez.
Porque se trata de sumar y dejar de restar y dividir.
Porque eres valiente.
Porque arrepentirse es de cobardes.
Porque tu no lo eres.
Porque podrás escribir más y mejor.
Porque sonreirás por todo.

Los miércoles por la tarde sirven para tomar este tipo de decisiones.
Se toman al calor de la suave luz de tu vela preferida, con tu vino favorito en tu copa de siempre, mirando a los dos peludos que irán contigo, sonriéndoles porque te miran intuyendo que algo tramas, y no saben nada del cacao mental que tienes, pero si tienen la seguridad de formar parte de lo tramado.

Los jueves por la noche se elige el destino.
Y en la calma de las horas tardías, silenciosas, reflexivas y perfectas, sólo queda esperar a que la voz interior diga "ya", y ese será sin lugar a dudas el momento perfecto para iniciar toda la logística, de momento sigo consultando los partes meteorológicos.