À Table

Cuantas cosas suceden alrededor de una mesa.
 Estos días que han sido de "Entablarse", tan de encuentros, de reencuentros, de compartir, de debatir, dialogar, reñir, discrepar, alabar, bostezar, elogiar, saborear, disfrutar.

Que importante es nuestra cultura, ya no solo por lo gastronómico, que también, pero me refiero a la sobremesa, es algo muy nuestro, difícil de encontrar en otros países.
Todo el ritual de pensar el menú, preparar una bonita mesa decorada con velas, frutas, flores, o a veces un simple mantel blanco, este último me recuerda a mi abuela. El mantel para ella era algo sagrado y no era aceptable sacarlo a la mesa sin planchar (Un tieso mojamero que aun hoy no se como lo conseguía).

Recuerdo que cuando era pequeña era todo un privilegio que te dejaran poner la mesa, y  andaba por aquel pasillo interminable pensando ..... - Que no se me caiga, que no se me caiga, y rápidamente volvía a la cocina a por una nueva carga de utensilios.

Con los años sentarse alrededor de una mesa se ha convertido en algo hermoso, tengo miles de conversaciones grabadas entre asados y paellas, risas salpicando el estofado y alguna lágrima arruinando el pudding.
Así transcurre buena parte de la vida, sentados alrededor de una mesa.

Que no dejemos de hacerlo.
Que no se pierdan las buenas costumbres.
Que siempre haya una excusa para reunirnos.
Que no haya malas comidas, solo estómagos saciados.
Que todo fluya.
Que brindemos mucho más.
Y lo más importante, que recordemos siempre alabar al cocinero/a.