El billete
No te lo pienses más, solo haz la reserva y llena una maleta, tampoco mucho, lo justo para que puedas acabar de llenarla con todo lo que compremos aquí.
Pero hazla.
Yo te recojo en ese aeropuerto, nos fundimos en un abrazo largo, de los apretados, de los que se dan desde el corazón, y lloramos. Pero sube a ese avión.
Extraño esos años en los que todo iba bien y éramos los tres mosqueteros, uno para todos y todos para uno. Así fuimos durante mucho tiempo. Y ahora, con la edad, con la experiencia, con los km, con las lágrimas y las noches en vela, con las facturas y las decepciones, con las ausencias y las pérdidas, con lo superado y lo pendiente, con lo que dominamos y con lo que nos supera, con los miedos y las sonrisas tibias, con los perfumes rancios y los vinos picados, con lo que deseamos, con lo que tenemos, con lo que nos vale y con lo que ya no.
Seguimos, y seguiremos como solo los valientes lo hacen, con la cabeza alta y el corazón un poco más protegido, pero siempre avanzando.
Sube a ese avión. No importa como siga el mundo, tu no lo pierdas, pase lo que pase, súbete.
Porque no hay mayor lógica que la que te proporciona la distancia.
Porque no sabes como seguir.
Porque si que lo sabes pero no lo ves.
Porque desde aquí tendrás otra perspectiva.
Porque nunca seré él, pero yo también podría ver esa horrible película solo con tal de que sonrieras.
Porque lloraremos cuando vayamos a su "Brasserie" favorita.
Porque yo lloro hasta cuando me cruzo con alguien que lleva su perfume.
Saca ese billete. No prometo sol ni días azules, porque esta ciudad tiene su propia ley, y a estas alturas ya no debería sorprenderte. Pero te prometo tardes largas, llenas de paradas en mil cafés, prometo intentar entenderlo todo, y no juzgar, también voy a asegurarme de que cojas color a base de tarta de manzana, y que visitaremos la tumba de Edith Piaf por enésima vez.
Y te dejaré entrar en ese lugar maravilloso y privilegiado en el que yo me taparé los ojos y tu aprovecharás y llenarás cuatro bolsas con zapatos y vestidos. Y luego nos reiremos como un par de bobos y le echaremos de menos.
Sonreiremos y diremos casi al unísono..."Si estuviera aquí...".
Bailas en un eterno suelo de arenas movedizas, sintiendo la inestabilidad y el frío bajo tus pies. Y créeme que eso no va a hacer que sonrías, así que sube a ese avión.
Porque necesitas hacerlo.
Porque esta ciudad te ama.
Porque tu la amas también.
Porque hay treinta lugares en los que te sientes a salvo.
Porque yo no hablaré de mis conquistas.
Porque comeremos un crepe enorme de chocolate bajo la Torre Eiffel.
Porque tienes una expresión preciosa cuando te la quedas mirando.
Porque coger el metro contigo es siempre divertido.
Porque parece que todo lo hagas por primera vez.
Porque eres Campanilla.
Porque pensaremos en Peter Pan.
Porque cuando regreses, serás más tu.
Porque nos haremos la manicura juntos.
Porque te pararás a fotografiarlo todo.
Y cuando tus ojos brillen, cuando no mires el reloj, cuando no te importe lo tarde o pronto que sea, cuando rías de repente y sin que nadie más entienda porque, te daré el más grande de los abrazos y te diré..."Suerte pequeña".
Pero hazla.
Yo te recojo en ese aeropuerto, nos fundimos en un abrazo largo, de los apretados, de los que se dan desde el corazón, y lloramos. Pero sube a ese avión.
Extraño esos años en los que todo iba bien y éramos los tres mosqueteros, uno para todos y todos para uno. Así fuimos durante mucho tiempo. Y ahora, con la edad, con la experiencia, con los km, con las lágrimas y las noches en vela, con las facturas y las decepciones, con las ausencias y las pérdidas, con lo superado y lo pendiente, con lo que dominamos y con lo que nos supera, con los miedos y las sonrisas tibias, con los perfumes rancios y los vinos picados, con lo que deseamos, con lo que tenemos, con lo que nos vale y con lo que ya no.
Seguimos, y seguiremos como solo los valientes lo hacen, con la cabeza alta y el corazón un poco más protegido, pero siempre avanzando.
Sube a ese avión. No importa como siga el mundo, tu no lo pierdas, pase lo que pase, súbete.
Porque no hay mayor lógica que la que te proporciona la distancia.
Porque si que lo sabes pero no lo ves.
Porque desde aquí tendrás otra perspectiva.
Porque nunca seré él, pero yo también podría ver esa horrible película solo con tal de que sonrieras.
Porque lloraremos cuando vayamos a su "Brasserie" favorita.
Porque yo lloro hasta cuando me cruzo con alguien que lleva su perfume.
Saca ese billete. No prometo sol ni días azules, porque esta ciudad tiene su propia ley, y a estas alturas ya no debería sorprenderte. Pero te prometo tardes largas, llenas de paradas en mil cafés, prometo intentar entenderlo todo, y no juzgar, también voy a asegurarme de que cojas color a base de tarta de manzana, y que visitaremos la tumba de Edith Piaf por enésima vez.

Sonreiremos y diremos casi al unísono..."Si estuviera aquí...".
Porque necesitas hacerlo.
Porque esta ciudad te ama.
Porque tu la amas también.
Porque hay treinta lugares en los que te sientes a salvo.
Porque yo no hablaré de mis conquistas.
Porque comeremos un crepe enorme de chocolate bajo la Torre Eiffel.
Porque tienes una expresión preciosa cuando te la quedas mirando.
Porque coger el metro contigo es siempre divertido.
Porque parece que todo lo hagas por primera vez.
Porque eres Campanilla.
Porque pensaremos en Peter Pan.
Porque cuando regreses, serás más tu.
Porque nos haremos la manicura juntos.
Porque te pararás a fotografiarlo todo.
Y cuando tus ojos brillen, cuando no mires el reloj, cuando no te importe lo tarde o pronto que sea, cuando rías de repente y sin que nadie más entienda porque, te daré el más grande de los abrazos y te diré..."Suerte pequeña".
:) Me encantan los billetes... :))
ResponderEliminar:))
EliminarUn magnífico relato de añoranza. Pero no podemos vivir el pasado, el futuro tampoco. Vivamos el presente. Esa ciudad de París donde el amor se convierte en magia. Añoranza de gente que se separa de nuestras vidas, pero que siempre estará presente. Aparecen por algo y desaparecen cuando ya han cumplido su misión en nuestra vida. Quizá vuelvan a aparecer, pero eso lo dirá el tiempo.
ResponderEliminarte llenas siempre de estas cosas tan nostálgicas.... que mientras leo, tienes toda mi atención y se para el mundo :) mi enhorabuena querida amiga :)
ResponderEliminarEs un honor que te produzca ese efecto. Gracias!!
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