Excusas
Dicen que el que de verdad quiere hacer algo lo hace, y el que no sólo encuentra excusas.
Estoy completamente de acuerdo.
Recuerdo a una pareja de amigos míos, uno en una punta y el otro en la otra, recuerdo la enorme dificultad que les suponía llevar una relación así, pero recuerdo las ganas, la lucha, el si no puedes tú, ya voy yo, el estar en las cosas importantes (aunque hubiesen tenido el más grande de los enfados), el saber que cuando menos te lo piden es cuando más te necesitan.
Saber leer entre líneas.
Demostrar, pese a todo, pese a nada, pero demostrar.
Querer, por encima de todo.
Sentir que es lo más importante.
Vencer miedos.
Tragarse el orgullo.
Y sobre todo no buscar excusas.
No, porque si has fallado a una persona, lo peor que puedes hacer es pretender darle la vuelta al hecho para que la otra persona se sienta mal, cuando todos sabemos que querer es poder.
Hay situaciones complicadas que dificultan, si, pero también hay gente que sabe hacer de los problemas soluciones.
Porque hay gente que ayuda.
Porque hay gente que no.
Porque hay personas que salvan siempre.
Porque hay personas que hunden si pueden.
Porque hay quien lucha.
Porque hay quien no.
Porque hay quien vive.
Porque hay quien muere en vida.
No me gustan las personas que viven de excusas y pretextos, quienes a la hora de la verdad nunca se alejan de su zona de confort, los que hacen de lo fácil un infierno.
Si quieres demuestras, si no quieres pues te apartas pero dejas vivir.
El perro del hortelano, el que no come pero tampoco deja comer, cuanta gente así, cuanta poca inversión en psicólogos y lo importante que eso es.
Así que antes de echar la culpa al otro, pensemos en si lo hemos hecho tan bien como creemos.
Antes de juzgar, pongámonos en la piel del otro.
Pude haber hecho algo mejor?
Me hubiese sentido más feliz?
Hubiese cambiado los hechos?
La vida tiene muchos puntos de vista, distintos, contrarios, extraños, pero todos igual de válidos. Tratemos de llegar a un punto medio, a un oasis, a una tienda de campaña en mitad de una cruel tormenta.
Lleguemos a buen puerto, y si no podemos, construyamos un barco que al menos no se hunda en la primera travesía.
Estoy completamente de acuerdo.
Recuerdo a una pareja de amigos míos, uno en una punta y el otro en la otra, recuerdo la enorme dificultad que les suponía llevar una relación así, pero recuerdo las ganas, la lucha, el si no puedes tú, ya voy yo, el estar en las cosas importantes (aunque hubiesen tenido el más grande de los enfados), el saber que cuando menos te lo piden es cuando más te necesitan.
Saber leer entre líneas.
Demostrar, pese a todo, pese a nada, pero demostrar.
Querer, por encima de todo.
Sentir que es lo más importante.
Vencer miedos.
Tragarse el orgullo.
Y sobre todo no buscar excusas.
No, porque si has fallado a una persona, lo peor que puedes hacer es pretender darle la vuelta al hecho para que la otra persona se sienta mal, cuando todos sabemos que querer es poder.
Hay situaciones complicadas que dificultan, si, pero también hay gente que sabe hacer de los problemas soluciones.
Porque hay gente que ayuda.
Porque hay gente que no.
Porque hay personas que salvan siempre.
Porque hay personas que hunden si pueden.
Porque hay quien lucha.
Porque hay quien no.
Porque hay quien vive.
Porque hay quien muere en vida.
No me gustan las personas que viven de excusas y pretextos, quienes a la hora de la verdad nunca se alejan de su zona de confort, los que hacen de lo fácil un infierno.
Si quieres demuestras, si no quieres pues te apartas pero dejas vivir.
El perro del hortelano, el que no come pero tampoco deja comer, cuanta gente así, cuanta poca inversión en psicólogos y lo importante que eso es.
Así que antes de echar la culpa al otro, pensemos en si lo hemos hecho tan bien como creemos.
Antes de juzgar, pongámonos en la piel del otro.
Pude haber hecho algo mejor?
Me hubiese sentido más feliz?
Hubiese cambiado los hechos?
La vida tiene muchos puntos de vista, distintos, contrarios, extraños, pero todos igual de válidos. Tratemos de llegar a un punto medio, a un oasis, a una tienda de campaña en mitad de una cruel tormenta.
Lleguemos a buen puerto, y si no podemos, construyamos un barco que al menos no se hunda en la primera travesía.
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