Nosotras y todo lo demás

Pasar el tiempo entre mujeres es una experiencia que te acerca mucho a lo que nunca hay que perder, al origen de todo, a la esencia, a las tardes de risas y dulces, a las conversaciones locas y extrañas, a la energía que fluye, a lo madres que somos para todo, a nuestro instinto que va acompañado de un leve levantamiento de ceja, si dicho levantamiento va acompañado de un ligero desplazamiento cervical, empieza a preocuparte.
Somos así.

Y en una de estas tardes, llenamos la habitación de humo y carcajadas, hablando de cosas que unas damas no deberían hablar, o al menos no reconocerlo :)
Sin saber muy bien como, una de las tertulianas expone un tema-problema, y claro, como en una terapia de grupo de esas que tienes que presentarte al resto y decir en una voz serena y contundente : "Hola, me llamo Luisa y soy alcohólica", empieza a contarnos los pormenores del asunto.
Se trata de hombres, claro. Nosotras resolvemos las cosas hablándolas en manada y vosotros bebéis cerveza en grupo.
Pues ocurre que me he dado cuenta de repente que ya no pienso en él como amigo, ahora, no me lo puedo quitar de la cabeza y eso es a todas horas, nos cuenta alarmada. Oh, bueno, pero eso no es grave le respondemos al unísono.
Si que lo es, nos dice muy seria, y es grave porque creo que él no está por la labor, veréis, nos vemos pocas veces y cuando lo hacemos hablamos de trabajo el 99% del tiempo, y nunca nos citamos en un ambiente romántico u íntimo, no, no, o son cafés a las 11 de la mañana o comidas que terminan a toda prisa a las 16h, y claro, así es muy complicado poder sondear.
Pues proponle una cena, y no admitas una comida en su lugar, una cena es una cosa, y una comida lo de todos los días. Y tú no quieres lo frecuente, quieres lo extraordinario.
Tras unos instantes de reflexión, nos mira y exclama : "A lo mejor es gay".
Madre mía, pero porque dices eso?, tienes algún indicio, pista, señal, paloma mensajera cazada al vuelo, señal de humo desviada?.
Todas menos ella estallamos en unas sonoras carcajadas que hacen que una de nosotras se levante a por más vino y llene ceremoniosamente las copas vacías.
Tras insuflarle ánimo y valor la convencemos de que hay que arriesgarse, que a ciertas edades ya no puedes esperar milagros de Lourdes, o aprovechas el momento  o te vas a pasar los fines de semana comiendo chocolate y haciendo punto de cruz.
Es ahora o nunca.
Es el momento de no quedarse con más dudas.
Es el momento de intentar ganar.
Es el momento de arriesgar.
Es el momento de desempolvar los tacones y los vestidos con escote.

Acabamos el vino y apuramos la tarde , sintiéndonos reinas del momento, unas privilegiadas por tenernos y compartir, por entendernos, apoyarnos y saber reírnos de los problemas.
Habrá una propuesta de cena, habrá una confesión en dicha cena si es que llega a producirse, si llega a producirse ya lo consideraremos una buena señal, si hay cena hay vino, si hay vino todo fluye más rápido y mejor, si fluye estaremos más cerca del objetivo, si el objetivo está cerca las dudas están lejos, y una vez ellas lejos nuestros labios más cerca, y a partir de este momento señores, colocamos los dos rombos y que cada uno acabe el cuento como lo quiera acabar, aquí el grupo de féminas estaremos a la espera de cualquier cosa que pueda pasar, por aquello de la terapia en grupo, ya saben.