Esas cosas del verano
No es ni de lejos mi estación favorita, pero reconozco que está genial el tema chapoteo, las salidas en barco, lo guapos que estamos todos con un poco de color en el cuerpo, los vestidos vaporosos que se elevan consiguiendo así que todas nos sintamos en algún momento un poco señoritas Monroe, los helados, la vida que llena las calles a todo color, lo rápido que se hace la cama, el vestirse literalmente en dos minutos, la maleta que llenas con medio armario y que pasa sobradamente el control de Rynair que ya es mucho control y mucho decir.
Me gustan especialmente sus noches, la brisa que alivia, que refresca, que te acerca el mar a la piel, las películas que disfrutas tumbado en la terraza, las estrellas por techo y la noche como manto, las cenas a pie de calle, si son al lado del tubo de escape y bajo el balcón de alguien que no respeta aquello de los tiempos para regar las plantas, resultan menos atractivas, pero si cenas en chiringuitos a pie de playa, o en locales con buenas vistas puedes disfrutarlas muchísimo.
Me gusta el blanco de las casas que huelen a fresco y saben a paz.
Me gusta el azul de los mares en los que te quieres bañar.
Me gusta el rojo de los litros de gazpacho que te bebes.
Me gusta el verde de todas las ensaladas.
Me gusta el amarillo del vestido que tanto favorece.
Del verano, sus colores, la alegría con la que nos vestimos, lo fácil que resulta organizar una comida, la gente que se anima y rápido a las barbacoas con piscina, a las siestas bajo las palmeras, a las charlas que nos llevan a las meriendas llenas de frutas de colores intensos, a las cenas que se improvisan con los restos y alguna tortilla de patata.
Los besos que saben a sal, saben a pan, a helado de vainilla, son tibios y jugosos e intensos como el sol de la tarde.
Del verano los primeros amores, aquella sensación de espasmo cuando el chico que te gustaba llegaba a la playa, la inocencia de las miradas cruzadas, la rojez de las mejillas cuando se acercaba y te preguntaba si podía pasar a recogerte por tu casa, la velocidad con la que respondías afirmativamente, los cien metros lisos en llegar a casa, medio armario tirado en la cama y los primeros "No tengo nada que ponerme", un padre que preguntaba a donde ibas a ir y con quien, las primeras evasivas, la vergüenza que pasabas cuando llegaba el momento de bajar, lo hermoso de todo aquello, lo rápido que pasó.
Del verano mil momentos.
Del verano las historias que escribíamos con el corazón.
Del verano las tardes con vosotras.
Del verano las bicis con sus cestas llenas.
Del verano los recuerdos y los besos en la playa.
Feliz jueves, besos!!
Me gusta el blanco de las casas que huelen a fresco y saben a paz.
Me gusta el azul de los mares en los que te quieres bañar.
Me gusta el rojo de los litros de gazpacho que te bebes.
Me gusta el verde de todas las ensaladas.
Me gusta el amarillo del vestido que tanto favorece.
Del verano, sus colores, la alegría con la que nos vestimos, lo fácil que resulta organizar una comida, la gente que se anima y rápido a las barbacoas con piscina, a las siestas bajo las palmeras, a las charlas que nos llevan a las meriendas llenas de frutas de colores intensos, a las cenas que se improvisan con los restos y alguna tortilla de patata.
Los besos que saben a sal, saben a pan, a helado de vainilla, son tibios y jugosos e intensos como el sol de la tarde.
Del verano los primeros amores, aquella sensación de espasmo cuando el chico que te gustaba llegaba a la playa, la inocencia de las miradas cruzadas, la rojez de las mejillas cuando se acercaba y te preguntaba si podía pasar a recogerte por tu casa, la velocidad con la que respondías afirmativamente, los cien metros lisos en llegar a casa, medio armario tirado en la cama y los primeros "No tengo nada que ponerme", un padre que preguntaba a donde ibas a ir y con quien, las primeras evasivas, la vergüenza que pasabas cuando llegaba el momento de bajar, lo hermoso de todo aquello, lo rápido que pasó.
Del verano mil momentos.
Del verano las historias que escribíamos con el corazón.
Del verano las tardes con vosotras.
Del verano las bicis con sus cestas llenas.
Del verano los recuerdos y los besos en la playa.
Feliz jueves, besos!!
feliz día verano!!! feliz día Angels!!...mi estación SIN , sin estres, sin teléfonos que suenan para pedir más, sin prisas, sin reloj..mi estación CON ... con mis lagartijas..con mis amigos..con mis besos cuando los tengo..con-migo mismo, con mis raíces, con mis letras CON-TODO lo que necesito
ResponderEliminarFeliz verano lleno de todas esas cosas Javi! Un beso grande
EliminarTengo ganas de sentir esos veranos como antaño. Esa magia se ha difuminado y espero encontrarla de nuevo. Leyendo tu post, he cerrado los ojos y me he transportado a esos lugares donde el agua fría recorría mis pantorrillas, donde los chiringuitos de playa me relajaban con su música y sus vistas al mar. Donde la huerta se entremezclaba entre mis manos y no sabía si era para de ella. Muchas ganas de volver a disfrutar de los cálidos días de verano donde los besos de playa sabían de una manera muy especial.
ResponderEliminarLa vida son dos veranos y un café Ximo, así que a VIVIR!! Muakssssss
EliminarHola Àngels: Te he conocido a través de Ximo y con tres entradas, ya me has enganchado. Me encanta cómo escribes, cómo espresas, las fotos...
ResponderEliminarTe seguiré leyendo.
El verano tampoco es mi estación favorita, pero como de lo que se trata es de buscar a cada cosa su parte positiva, hay mil recuerdos, mil sensaciones, mil colores, olores y mil imágenes guardadas,que al leerte han aflorado en mi mente.
Un saludo y a VIVIR con mayúsculas y con sonrisas en verano y el resto del año
Hola Marisa, bienvenida, me alegra muchísimo que te haya gustado el blog. Aquí intentamos sacarle a todo su parte buena, tenemos un Dios de las pequeñas cosas muy especial, un beso y gracias!
Eliminar