Si tú no vuelves
El día a día de una vida que no se comparte puede alejarte de cosas importantes, puede modificar valores y conductas, puede distorsionar realidades y sumergirte en aguas oscuras y profundas.
Te hace creer que no necesitas, que eres inmune a latidos y lágrimas, que estás mejor sin complicaciones y sufrimientos innecesarios, que nada duele.
Hasta que encuentras a una persona que también puede hacerte daño pero por la cual merece la pena sufrir. Y todo cambia.
Y no hablo de encontrar a alguien que resuelva tus problemas, no hablo de alguien que aguante tus historias cuando hayas tenido un mal día, tampoco en alguien que esté constantemente pensando en ti, o que te necesite a todas horas, que no deje de escribir lo mucho que te echa de menos, no.
Hablo de encontrar a una persona que quiera estar ahí sin que se lo hayas pedido.
Hablo de una persona que quiera pasar su tiempo contigo sin sentir que pierde o gana, que quiera realmente estar porque eso le hace feliz.
Hablo de una persona capaz de estar sin ti pero que prefiera estar contigo.
Hablo de una persona que construya, y crea en un "nosotros" dejando atrás el "tú" y el "yo".
Hablo de una persona que te quiera porque sí y no porque tú le quieras.
Ten cuidado cuando encuentres a una persona así, probablemente sea un viaje de no retorno, seguramente cambie esquemas y rompa escudos, y lo haga sin despeinarse, con un guiño sutil y una sonrisa relajada.
Pensarás que sólo querías acostarte con ella, y acabaste viéndola dormir.
Pensarás que quieres que sean las ocho para ir a recogerla al trabajo, cuando antes eso no lo hubieras ni considerado, tú, el hombre que no sufre por nadie.
Pensarás que tocar su mano mientras paseas te llena de amor, tú, que sólo querías tocar su cuerpo.
Pensarás que no quieres pasar ni un sólo día sin ella, a ti que te sobraba todo.
Alargo la mano y acaricio el trozo de cuero en el que ella estaba sentada, su aroma flota aun en un aire que se vuelve más irrespirable por momentos, me cuesta la vida concentrarme. Observándome sin indulgencia en el espejo, chasqueo la lengua y pienso como he podido fastidiarlo tanto.
Ahora veo que no tuvo la menor oportunidad, no se la di.
Se fue claro, era previsible.
No sé si la quise, no sé si de verdad me quiso, pero en la parte buena de mi corazón, en la que existe esperanza y camino hacia un futuro, se aloja su perenne sonrisa.
Y ahora, que me he quedado solo, tal y como quería, sabiendo que la pierdo, tal vez empiece a quererla como nunca la quise.
Si tú no vuelves me obligarás a ser un hombre mejor, a llorar por ti.
Si tú no vuelves me regalarás la mejor lección de mi vida.
Pero por favor, vuelve.
Te hace creer que no necesitas, que eres inmune a latidos y lágrimas, que estás mejor sin complicaciones y sufrimientos innecesarios, que nada duele.
Hasta que encuentras a una persona que también puede hacerte daño pero por la cual merece la pena sufrir. Y todo cambia.
Y no hablo de encontrar a alguien que resuelva tus problemas, no hablo de alguien que aguante tus historias cuando hayas tenido un mal día, tampoco en alguien que esté constantemente pensando en ti, o que te necesite a todas horas, que no deje de escribir lo mucho que te echa de menos, no.
Hablo de encontrar a una persona que quiera estar ahí sin que se lo hayas pedido.
Hablo de una persona que quiera pasar su tiempo contigo sin sentir que pierde o gana, que quiera realmente estar porque eso le hace feliz.
Hablo de una persona capaz de estar sin ti pero que prefiera estar contigo.
Hablo de una persona que construya, y crea en un "nosotros" dejando atrás el "tú" y el "yo".
Hablo de una persona que te quiera porque sí y no porque tú le quieras.
Ten cuidado cuando encuentres a una persona así, probablemente sea un viaje de no retorno, seguramente cambie esquemas y rompa escudos, y lo haga sin despeinarse, con un guiño sutil y una sonrisa relajada.
Pensarás que sólo querías acostarte con ella, y acabaste viéndola dormir.
Pensarás que quieres que sean las ocho para ir a recogerla al trabajo, cuando antes eso no lo hubieras ni considerado, tú, el hombre que no sufre por nadie.
Pensarás que tocar su mano mientras paseas te llena de amor, tú, que sólo querías tocar su cuerpo.
Pensarás que no quieres pasar ni un sólo día sin ella, a ti que te sobraba todo.
Ahora veo que no tuvo la menor oportunidad, no se la di.
No sé si la quise, no sé si de verdad me quiso, pero en la parte buena de mi corazón, en la que existe esperanza y camino hacia un futuro, se aloja su perenne sonrisa.
Y ahora, que me he quedado solo, tal y como quería, sabiendo que la pierdo, tal vez empiece a quererla como nunca la quise.
Si tú no vuelves me obligarás a ser un hombre mejor, a llorar por ti.
Si tú no vuelves me regalarás la mejor lección de mi vida.
Pero por favor, vuelve.
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