Sin dudarlo

Llegaste para cambiarlo todo, llegaste para romper barreras y olvidar excusas.
Tras la puesta de sol, ni antes ni después, llegaste para convertir el firme suelo que había bajo mis pies en un lago de arenas movedizas, con tu sonrisa, con tus ojos negros, así.
Con las verdades encima de la mesa, sin ases en la manga, solo tus ganas y mi locura.
Llegaste convencido, te aguardé ilusionada.
Llegaste sin saber, te abrí la puerta sin preguntar.
Llegaste con sabor a tierra, lleno de vida y fe, te sonreí segura.

Coge mi mano y hazme girar, abrázame y detén el mundo, mírame y no digas nada, salgamos a la lluvia, dejemos que nuestros besos se mojen, corre tras de mi, róbame un guiño, envíame una carta escrita a mano, toca mi puerta cuando no te espere, aparece y acaricia mi cara, siéntame en tus rodillas, llena mi nariz de chocolate y ríete de lo que un día te hizo llorar.
No hagas promesas, pero se fiel a tus palabras.
Entiende que puedo vivir sin ti pero no olvides que prefiero estar contigo, no soy previsible, pero puedes contar conmigo.
Hagamos un viaje en coche, deja que te lo llene de piedras y flores solo porque me parezcan únicas, detenlo y dime que me quieres, regálame esos ojos negros, deja que te los cierre a besos, acurrúcate junto a mi corazón, escucha cada sístole.
No me des nunca la razón si crees que puedes argumentar tu verdad, no te enfades más de cinco minutos y tampoco más de dos veces al mes.
No preguntes qué me pasa, ven, coge mi cara y bésame.

Porque quiero que estés en mis madrugadas, porque la felicidad es el trino de un pájaro tímido, porque a tu lado la tierra gira más deprisa, porque sé que eso es amor, porque si la vida son momentos, contigo los envuelvo todos en un lazo verde.
Porque no te esperaba y todo lo que no se espera es un regalo.
Porque te miro y tiemblo, porque me miras y lates.
Porque estamos hechos el uno para el otro, lo sabemos, lo sentimos, lo soñamos, lo saboreamos, lo enmarcamos.
Cuando las respuestas llegan sin formular preguntas, cuando la certeza echa raíces, cuando dos personas se abrazan y logran domar todos los sentidos, cuando se sintió antes de saber.

Ven a recogerme a la salida del trabajo y lléname la cara de besos, salgamos corriendo, dime que me has echado de menos y pregúntame si yo a ti también, canta "Hey girl" y pídeme que vaya contigo.
Pasemos las Navidades lejos de aquí, hagamos esa locura, solos tu y yo, adornemos un cactus y hagámonos una foto con él, mandemos esa felicitación a todos nuestros amigos. Murámonos de risa cuando leamos sus mensajes llenos de caritas amarillas con lágrimas en los ojos.
Ven hacia mi cuando esté concentrada en algo, rodéame con tus brazos y bésame el cuello, quítame los zapatos sin dejar de mirarme, haz que me muerda el labio, cógeme en brazos y dime que vas a hacerme el amor.

 

Perfuma mis sueños con aroma de aceituna, mójame el labio con el primer café de la mañana, haz que quiera pellizcarme para saber si eres real.
Consigue que me observe en el espejo y no me reconozca.

La respuesta es si, a todas las preguntas que vayas a hacerme, porque confío en ti.
Sin dudarlo, porque el latido nunca miente.
No pido, te regalo.
No me completas, pero me alegras la vida.
No te necesitaba pero qué felicidad encontrarte.
No eres tú, soy yo cuando estoy contigo.
Cuando quieras,  hace ya mucho, que estoy preparada.

Y así, en las ocres horas que se escapan de un día rosáceo, llenamos el mundo de amor, haciéndolo un lugar un poco mejor, porque se nos escapa a raudales cada vez que alguno de los dos abre las ventanas de su alma, destilamos la esencia pura de aquellos que siguieron a pesar de todas las derrotas, sonreímos porque nuestras manos andan anudadas, y levitamos, porque ese es el milagro de la vida cada vez que dos personas se miran y se reconocen.
Para ti, de mi, porque quiero nadar eternamente en tus ojos negros.